sábado, 2 de mayo de 2009

memoria (de Punset)

Me encuentro mucha gente que está angustiada porque pierde la memoria. En el discurso colectivo imperante ¿hay alguien que nos recuerde lo último que se ha descubierto en este campo y que podría sosegarnos? En diversos experimentos se ha demostrado que la gente pierde unos 55 minutos todos los días intentando recordar dónde ha dejado un objeto o un número de móvil. Casi una hora de tiempo de las ocho que uno invierte en trabajar es mucho tiempo. Ahora hemos descubierto que la razón de estos agujeros en la memoria tiene poco que ver, en promedio, con la edad o el grado de concentración. Se trata de que, al contrario de los ordenadores, que tienen un sistema de archivo codificado, el nuestro es puramente contextual; es decir, tenemos tendencia a recordar un hecho determinado en función del contexto en que se produjo. Por ello recordamos mejor las cosas que nos han ocurrido en sitios inolvidables que en entornos rutinarios o aburridos. «No me acuerdo para nada de lo que desayuné ayer» –¡menos mal!–. ¿Por qué no intenta profundizar en el concepto del contexto en el que se produjo el hecho olvidado, en lugar de musitar que se olvida de todo porque se hace viejo o, lo que es peor, escuchar las sandeces que le están soltando en la tele?

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